24 de Enero 2005

Latidos del Tiempo

latidos del tiempo.jpg
Hola a todos. Algunos seminarios tienen la negra, y parecen condenados a no realizarse nunca. La gripe nos alcanza a todos, y providencialmente el profe fue afectado justo cuando a servidora una terrible afonía le habría impedido exponer. Como tenemos tan hondamente arraigado eso del paternalismo, pues no ibamos a charlar nosotros solos, sin un gurú, maestro o guía que un día no muy lejano nos tocará las cabezas diciendo, bendigo vuestra sabiduría, de modo que nos fuimos a tomar un café. Dispersados los más, ociosos los menos (es de irresponsables no irse ipso facto a aprovechar el tiempo, ya sea durmiendo o estudiando), un pequeño reducto de galos (galas, más bien, y nunca mejor dicho) acabamos paseando por la Alameda (qué curioso verla de día, en serio os digo) camino de una exposición de fotografía, LATIDOS DEL TIEMPO, que anunciaba uno de esos periódicos gratuitos (mira, mira, tanto criticarlos pero algo bueno tenían que tener).

La verdad es que la exposición merece la pena. Escribo esta nota para recomendaros que os acerquéis a verla: a mí me impactó bastante, y eso que como nuestro amigo el de las greguerías soy más próximo a la cuerda de Diógenes...

Cómo decir... de tanto oírlos repetidamente, a todas horas, en tono neutro, uno casi se acostumbra. Los conflictos bélicos están ahí, más bien lejos, son algo terrible e inevitable, algo que tener siempre presente en nuestras oraciones. Pero pasan los años y uno apenas recuerda dos o tres. Apenas un lugar, una fecha. Tienden a volverse rápidamente inmateriales. Las bajas se vuelven eso, bajas, los daños colaterales son como pequeños males inevitables. Palabras huecas, sin cara.

Es duro cuando te sientas en una alfombra de una habitación y desde todas las paredes te miran mujeres mutiladas, con dureza, con resignación, con miedo. Son mutilaciones reales y metafóricas, son brazos que faltan o carteles en los que exigen que devuelvan vivos a los que vivos desaparecieron.

Eso o las fotografías de los efectos personales de alguien que nunca regresó cuando salió una mañana camino del trabajo. Su peine. Su carnet. Su pipa. Sus cuadernos. O un crío jugando a la pelota en medio de los soldados. Como si no estuvieran. La exposición está hecha con mucha delicadeza, es dura sin llegar a ser desagradable. Golpea pero no magulla.

No faltan algunos elementos de índole casi subrreal: fijaos por ejemplo si vais en un par de vitrinas rollo modernoide que hay en una de las habitaciones. Una, arriba, descansando sobre pliegos de grandes periódicos, con una pirámide de espejos. Todo sobre cuatro patas blancas, todas con un labrado distinto. Una de ellas está coja, y se apoya sobre otra vitrina, que está en el suelo. Ésta está llena de arroz.

Y bueno. Lo mejor es el final. Prefiero no contaros más, pero os aseguro que saldréis pensativos. Yo me quedé dándole vueltas a cuánto tiempo me iba a durar aquel estado, si todo aquello cambiaría algo, cuánto tardaría en seguir hablando por mi móvil como si nada, en ir al cine y beber cocacola, en recordar esa exposición como un producto más, muy refinado, de la Industria Cultural Consumista de Occidente...


Podríamos repasar la evolución del mundo desde cualquier época, pero es suficiente con reflexionar sobre lo ocurrido en las últimas décadas. En noviembre de 1989, la caída del muro de Berlín creó una ilusión de realidad y progreso que reclamaba la solución urgente de los injustos desequilibrios.

El fantasma de un choque armado entre las principales potencias se desvaneció mientras los europeos, inventores o al menos exportadores de monstruosidades tan terribles como la esclavitud o el genocidio, superaban las amargas diferencias del pasado que habían convertido a Europa en un campo de batalla permanente desde hacía milenios, y dedicaban sus esfuerzos a crear un paraíso económico, aunque con graves defectos, para sus habitantes.

Un gran adiós a las armas era previsible y la democracia y la justicia social parecía que se iban a imponer sobre los regímenes corruptos y dictatoriales. ¿Hay algo más sagrado que evitar el sufrimiento y la muerte?

Pero la ilusión se desvaneció pronto, como un grito.

Quince años después, el Tercer Mundo sigue siendo un gran hospital repleto de seres humanos que lo han perdido todo salvo la dignidad. Serían necesarias grandes transfusiones económicas para curar sus males ocultos. Habría que operar con equipos especializados para extirpar los tumores de la corrupción y la violencia. Los especialistas deberían trabajar con generosidad y sin ánimo de lucro. A los moribundos no se les puede curar sólo con tiritas aunque estén financiadas con las sobras de nuestras sociedades opulentas.

No se puede vivir en un simulacro permanente.

El proyecto Latidos del tiempo trata de Espacios de Vida. Personas, lugares, hechos y actitudes conforman estos espacios que con excesiva frecuencia quedan aislados, marginados, ignorados y silenciados.

Mediante fotografías, testimonios de unos hechos y su expresión e interpretación plástica, dibujos, esculturas, vídeo instalaciones y textos creados de propio por relevantes autores que han querido aportar su especial visión, ampliando la profundidad del proyecto, Latidos del Tiempo evoca distintas experiencias de vida que invitan a la reflexión sobre situaciones injustas generadas por nuestra sociedad.

El Tiempo y el Silencio, la Identidad y la Memoria, la Crueldad y el Dolor, la Melancolía y la Soledad, el Poder y la Indiferencia, el Miedo y la Esperanza, la Alegría y la Supervivencia, la Resistencia y la Dignidad son ocho propuestas, a modo de síntesis, unidas, además de por su temática, por una misma necesidad: Comprender que es consustancial al universo de la cultura no solo una actitud crítica frente a la realidad sino también una vocación humanista, perdurable y trascendente.

RICARDO CALERO / GERVASIO SÁNCHEZ

Monasterio de San Clemente, c/ Torneo 18, Sevilla, hasta el 28 de Febrero de 2005. Martes a sábado de 11 a 14h. y de 17 a 20.30 h. Domingos y festivos de 11 a 14h. Lunes cerrado.

Escrito por calamar a las 24 de Enero 2005 a las 06:09 PM
Comentarios

"No faltan algunos elementos de índole casi subrreal: fijaos por ejemplo si vais en un par de vitrinas rollo modernoide que hay en una de las habitaciones. Una, arriba, descansando sobre pliegos de grandes periódicos, con una pirámide de espejos. Todo sobre cuatro patas blancas, todas con un labrado distinto. Una de ellas está coja, y se apoya sobre otra vitrina, que está en el suelo. Ésta está llena de arroz." palabras de calamar, alabada sea.
No es por ser insolente, que de hecho lo soy, pero me gustaria hacer una pequeña reflexion sobre la pequeña reflexion que ya hizo nuestra querida amiga Juani, ejemmm quiero decir calamar; A los que no les haya quedado claro, la exposicion es un hibrido de fotografias (GERVASIO SÁNCHEZ)y de esculturas (RICARDO CALERO) lo de las fotografias casi todos lo entendemos, quizas el tipo bajito que siempre llega tarde y dice estar en cama no lo entienda pero el resto casi que si, bueno que el tema de las esculturas es un poco más durillo, porque nosotros lo del arte contemporaneo y las esculturas abstractas-conceptuales nos cuestta un poquito, pero para eso estoy aqui (momento de falsa modestia ejem ejem) Según fuentes cercanas he podido conocer ciertas declaraciones (que se note que hay mucho periodista suelto) en las que el autor - escultor RICARDO CALERO pretendia que el espectador mirara dentro de la "vitrinas rollo modernoide" en la que se CONTEMPLA (peazo de palabra culta, ¡qué nivel¡)una piramide de cristales que se ven un poco borrosas (simboliza el "PODER INVISIBLE" el autor, "que nos gobierna sin que lo veamos, y al que es dificil identificar" descansando sobre pliegos de grandes periódicos (estos periodicos simbolizan "los medios de comunicacion que sustentan al poder invisible", esta vitrina pecera con piramide interna esta sostenida a un metro y medio por cuatro patas de madera labradas de forma diferente (las patas simboliza todo lo que permite que los PODERES INVISIBLES nos gobiernen), una de ellas es más corta y se apoya sobre otra vitrina, que está en el suelo. Ésta está llena de arroz; el autor explicca que los "PODERES INVISIBLES de vez en cuando mueven la pata coja y deja que la vitrina - pecera quede abierta y se reparta el arroz entre los que lo necesitan" el simbolo del arroz os dejo que lo imagines...En fin aqui acaba la alegre perorata nocturna, espero que haya sido de TU agrado, mi buen y único lector.
muchos besos a todAs y saludos varoniles y cordiales para todOs.
siempre vuestro CI_nico el señor de las greguerias. véase "cuando el grajo vuela baja, agua lleva" sin más se me despido, hasta el viernes

Escrito por CI_nico a las 24 de Enero 2005 a las 08:37 PM

Queda aplacada mi alma con tal efluvio de sapiencia... Hum... La verdad es que ahora lo comprendo "un poquito" mejor... Larga vida al periodismo, si hace que los artistas plásticos entren por nuestras cabezas...

(y... y... ¿tendrá algún significado que la pirámide truncada de espejos se refleje a sí misma en un bucle cuasi-infinito...?

PS: Si, la verdad es que para esto nos sobraba el correo electrónico. Pero tiene más morbo, comunicarnos aquí, delante de todo el mundo... De hecho creo que el ejercicio práctico podría consistir en hacer una campaña publicitaria en toda regla y ver cuánto subiría la audiencia en un sólo día... y cuánto bajaba después, claro está. Chau.

Escrito por calamar a las 25 de Enero 2005 a las 10:17 AM

Ey, mire usted que casualidad, paseaba mirando este blog tan coqueto cuando algo me recordó:
http://regimen.zonalibre.org/archives/070925.html

otra versión de su aforismo!
saludos gente

Escrito por yo a las 25 de Enero 2005 a las 10:30 AM
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?